Centro Comunitario Villa Olímpica

Centro Comunitario Villa Olímpica
Reutilización del espacio olvidado
Por Equipo Anagénesis
Publicado originalmente en Revista Anagénesis N.8, 2014.

 

La Villa Olímpica es uno de los referentes más claros y potentes de recuperación de espacios públicos. Aquí se formó el Centro Comunitario Villa Olímpica (CCVO), iniciativa que a pesar de los obstáculos municipales, transformó un pedazo de tierra abandonado en un centro de unión barrial querido y defendido por todos.

Los residentes de la Villa Olímpica en Ñuñoa se aburrieron. Cada semana veían cómo se ensuciaba con basura y escombros un sector del barrio que podría ser utilizado para proyectos comunitarios, talleres y lo que se les ocurriera. Se aburrieron de esperar sentados frente al abandono del municipio, si querían cambios debían unirse, hacerlos con sus propias manos y no dejar pasar más tiempo.

El terreno en cuestión era ocupado por un gasómetro, instalado por Gasco, que tras el 27F quedó destrozado e inoperativo, obligando a la compañía a retirarse. Para el 2013 el lugar seguía a la suerte de nadie, cohabitando con la necesidad de un lugar de convergencia barrial. Los vecinos ya habían iniciado la Biblioteca Popular La Colorina y tenían que mantener los libros en algún lado, por lo que el espacio era ideal.

El proceso de recuperación se inició con una limpieza del terreno y una campaña de información sobre el proyecto entre los pobladores. Luego, se convocó a una primera asamblea para decidir si era factible utilizar el espacio y recuperarlo. Todos los vecinos se reunieron afuera del ex gasómetro y decidieron que ya era hora de actuar, ese fue el puntapié inicial para el Centro Comunitario Villa Olímpica (CCVO).

Paralelamente comenzaron los trámites, y junto a eso los problemas. “Nos presentamos formalmente al municipio como una organización comunitaria funcional, y en base a esa figura legal empezamos a dialogar para la obtención del comodato. Siempre entablamos diálogo con ellos, pero nos pusieron obstáculos y nunca nos escucharon”, cuenta Juan Manuel, miembro activo del CCVO. “Gracias a nosotros ellos lograron hacer visible el abandono de este terreno, porque nunca se interesaron hasta que nos interesamos nosotros. Ahí fue cuando dijeron que querían hacer un Centro Comunitario de Salud Familiar (CECOF)”. Este centro de salud se construiría en el mismo terreno, por lo que empezaron amedrentamientos, criminalización hacia el movimiento e intentos de desalojo por parte de la Municipalidad de Ñuñoa.

A más de un año del nacimiento del CCVO, el municipio de Sabat prefiere hacer vista gorda y pasar por alto el trabajo y todos los beneficios que éste trajo a la comunidad, sin siquiera escuchar las propuestas de los vecinos, quienes plantean coexistir con el futuro CECOF y nunca se han opuesto a su construcción. Por lo mismo, han tenido que luchar diariamente para quedarse, ya que la campaña del terror hacia ellos es diaria.

La firmeza y perseverancia de los vecinos de la Villa Olímpica es una prueba más del cambio de mentalidad que un proyecto como este puede generar, demostrando la pérdida del miedo frente a la autogestión. “La cultura en que estamos inmersos oculta los distintos conocimientos que involucran la participación política, no te acercan a este tipo de instancias. La familia, la escuela, los medios de comunicación y la publicidad te inculcan la cultura de la comodidad, de la delegación del poder, del esperar que otros hagan algo por ti y sólo te dediques a producir”, dice Juan Manuel, haciendo notar el círculo vicioso que esperan romper.

Actualmente en el CCVO se realizan actividades de unión barrial, y diversos talleres, como el de mapudungun, reforzamiento escolar, violín, salud integral y guitarra, entre otros, gratuitos para los vecinos y quien quiera sumarse. Sin el afán de ser caritativos o asistencialistas, sólo con el objetivo de lograr que se formen núcleos en la comunidad. Se espera retomar los huertos urbanos, que se detuvieron por los intentos de desalojo, seguir con la biblioteca e ir sumando.

Nunca se ha pedido ayuda al Estado ni al municipio, siempre se ha trabajado desde la autonomía y autogestión. La experiencia colectiva los hace seguir creyendo que las gestiones de control comunitario son una vía totalmente factible de realizar proyectos alternativos y populares. Esa es la gran herramienta. La Villa Olímpica está más despierta que nunca.

nota: al cierre de esta edición el CCVO había sido desalojado con los pacos por el municipio.

Por | 2018-12-03T15:26:21+00:00 diciembre 3rd, 2018|Artículos|Sin comentarios

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