Multidimensionalidad del sexo
Por Carola Montecino
Ilustración por Vicente Prieto
Publicado originalmente en Revista Anagénesis N.7
Abril 2016
La “O” en un “Ohm”, en un “orgasmo”, en una “orgía”, en una “obligación”. El condicionamiento perpetuo del cuerpo y los sentidos a los estímulos del universo, la sátira de la rutina implantada, la vivencia de la sexualidad, el erotismo y el sexo como la trinidad del cerebro ansioso de carne o de cuerpos inamovibles.
Se anteponen con la conexión, fuerza y el poder creativo. Las acciones que nacen de la cultura actual desvinculan estos factores que determinan el origen del manifiesto corporal, psíquico individual y colectivo.
La erotización de los medios, la publicidad y el cuerpo son el punto de inicio para que la cultura adopte nuevos modelos, los que afectan en forma directa el comportamiento de las personas y su interacción con el contexto social, modificando el paradigma moral y valórico. Determinando una transición en el concepto de sexualidad. La globalización y el conocimiento de otros estilos de vida y visiones sobre el sexo, han creado un camino por el cual la sociedad chilena está caminando, descubriendo sus propios genitales y karmas históricos.
La hediondez que traen consigo los conceptos relacionados con sexo, se relacionan íntimamente con una sociedad de muchos tentáculos. La imagen como gancho publicitario, un cuerpo atrayente, jugoso para las fantasías personales y colectivas, la co-creación de materia sexual en una orgía diaria se manifiesta, por ejemplo, en el sistema de transporte público, pues se teje un ente sexual, el roce de los cuerpos, compartir olores, texturas, empujones y “agarrones” casuales en el horario punta, cae en lo atrayente, despreciable y pornográfico. <<Lo característico de lo pornográfico es lo fantástico en relación con seres anónimos, (personas, cosas, animales o el objeto que fuera). Hay un determinante de mediación con nuestro placer sexual que no está directamente vinculado a una satisfacción del mismo en un vinculo íntimo, sino y esencialmente, con uno anónimo>> (Figari, Carlos).
El ente anónimo pasa a ser un cuerpo en posesión a través de segundos o minutos, mediante el rose o su imagen real. Pero al mismo tiempo se observa otro modo de sexualidad colectiva, la creación de códigos eróticos a través de páginas como “Jaidefinichon” o “Por la puta”, donde el “fapeo” (masturbación) es el tema medular. Es así como todos los que frecuentan estas páginas saben su lenguaje, el cual es ocupado en lo cotidiano, utilizado por adolescentes y otros con alma de jóvenes. Al mismo tiempo el erotismo está mezclado con parodia, anécdotas y actualidad nacional, conformando un caldo que publicita el placer de divertirse un rato a través de una sexualidad online individual y comentada en el grupo de pares. Se genera otro cuerpo colectivo, un pequeño monstruo seminífero.
En un ámbito similar, la escritura erótica ha irrumpido como parte de la misma transición y la necesidad de expresar sexo a través de las palabras, de la energía básica, del hambre por dejar los genitales y las fantasías en el papel, porque la erotización se acerca al arte de provocar pero también de expresar.
Entender la sexualidad como una multidimensionalidad, como un cuerpo de muchas extremidades en constante crecimiento, donde el erotismo es poder creativo, el sexo fuerza y la sexualidad conexión, provoca que el nacimiento de otros entes colectivos sea tangible, que la unificación del sexo sea parte de una mística con cualidades propias, una red que constituye la matriz de la existencia y un determinante de cultura.
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