En noviembre de 2009, entre medio de la Revolución Pingüina y el 2011, nace la Revista Anagénsis de la mano de sus fundadores: Nicolás Aldunate y Sebastián Ruiz, más conocido como Ojo del Perro. Al igual que muchas organizaciones y proyectos que surjen al alero de las movilizaciones estudiantiles, la rabia y el descontento son un motor. Sin embargo, apostando por trascender la mera pataleta, lo que moviliza desde un comienzo es la búsqueda por transformar la realidad de manera profunda. Esto queda en manifiesto en el primer número de Anagénesis, revista chilena contra-cultura, dedicado a la Desidia y otros temas.
El nombre Anagénesis fue propuesto por el Ojo, quien se dedica a la biología genética. Se trata de un tipo de evolución particular de las especies. A diferencia de un suceso de bifurcación cladogenético, en donde un linaje evoluciona de forma independiente, dando forma a dos especies distintas, la anagénesis implica el cambio en la genética de toda una población. La clave es que la población entera es distinta de la población ancestral, de manera que la población ancestral puede considerarse extinta.
La metáfora de una evolución progresiva de la sociedad se asocia al ideario contra-cultural. Sin desconocer la dimensión de la política –entiéndase partidista e institucional–, ni de la relevancia de la economía, se plantea, desde la primera editorial, la necesidad imperiosa del “derrumbe de las costumbres”. Se trata de un conflicto directo con la pasividad e inercia, tan propias de una sociedad de consumo, donde impera una ideología de la resignación y el confort. Por lo mismo, se entiende que un cambio radical implica dar forma a una nueva cultura, distinta a la imperante. La idea es atentar contra “el proceso de domesticación racional y despolitización, que sostiene a las redes productivas del libre mercado”.
Esta apertura a entender el problema político en relación a lo cultural explica la variedad temática de la revista: desidia, crueldad, terremoto de febrero, Latinoamérica, ecología, activismo, sexualidad, autogestión y niñez. Así mismo, la diversidad se refleja dentro de cada número. Y es que la elección de conceptos amplios se piensa en función de convocar a distintas voces, las cuales pueden, de esta forma, abarcar las temáticas de múltiples maneras. Por ejemplo, la ecología se trabaja como un problema económico tanto como filosófico; en el número de autogestión se recogen experiencias sobre educación, territorios, organización política, edición, alimentación, etcétera.
Por otra parte, cabe destacar que la composición de nuestro grupo de trabajo y las diversas actividades y compromisos que hemos ido adquiriendo han variado mucho. En general, también se han ido agudizando nuestras perspectivas críticas. Por ejemplo, muchas publicaciones han incluido un fuerte proceso de autoevaluación, el cual ha derivado en identificar y abordar problemas como el machismo y las malas prácticas interpersonales, tanto en nuestras ediciones como en nuestras relaciones cotidianas. Todo esto nos ha permitido un mayor grado de autoconocimiento y una posibilidad de relacionarnos con otras organizaciones de manera más consciente y decidida.
En los últimos años, durante y después del proceso de nuestra revista N° 8, titulada Autogestión: Sin caridad ni patrón, publicada en 2014, empezamos a trabajar en conjunto con otras organizaciones en diversas actividades. En primera instancia, junto al Colectivo Poético Agua Maldita, realizamos jornadas de poesía y música que se extendieron entre 2014 y 2016, cuyo concepto era renovado año a año. El primero se llamó “Parias, poetas y borrachos” (2014); el segundo “Poquita sed” (2015); y el tercero “Monos con navaja” (2016). El primero dio origen a una antología poética homónima que lanzamos el año 2016, donde se reunió la obra de 20 poetas participantes en dicha instancia. El segundo parodiaba al encuentro latinoamericano “Poquita fe” y preparamos una antología al respecto para el 2020. El tercero cambió su nombre en mitad de ese año a “Monas con navaja”, luego de discusiones en torno al carácter específicamente masculino de su título anterior, y nos encantaría expresar también en una antología parte de lo que fue su trayectoria.
Además de ello, también junto al Colectivo Poético Agua Maldita y otras organizaciones políticas y culturales, desarrollamos una serie de festivales semestrales titulados “Solsticio” y “Equinoccio”, según la época del año en que fueran realizados. La idea era ir llevándolos a cabo en distintas comunas de la capital, trabajando a la par con organizaciones territoriales de los barrios donde fueran levantados, fortaleciendo los lazos con las colectividades de base y haciendo redes que luego pudieran seguir profundizándose en una práctica constante de apoyo mutuo. Este encuentro alcanzó a realizarse 6 veces: en Ñuñoa (Parque Juan XXIII), en Conchalí (Anfiteatro Cortijano), en La Granja (población Yungay), en La Pintana (población Santo Tomás), en Puente Alto (villa Gabriela) y en La Florida (villa Los Álamos). Lamentablemente, el desgaste interno de nuestras propias organizaciones y el excesivo trabajo que ameritaban estas actividades acabaron por mermar las fuerzas y ponerle fin a este ciclo. De todas formas, recordamos con mucho cariño esos momentos, donde intentamos poner en práctica nuestras ideas y convicciones.
Por otro lado, entre 2014 y 2015, publicamos tres números de la revista Agua Maldita, junto a su colectivo homónimo. Allí se plasmaba el trabajo del taller de poesía del mismo nombre, además de algunas contribuciones críticas de sus participantes. Por último, en mayo de 2017 lanzamos nuestra revista N° 9, titulada Niñez y juventud: Emancipándonos desde la cuna, donde intentamos articular una crítica al adultocentrismo imperante en nuestra sociedad, abordando distintas temáticas, como la crianza, el género, las artes, etcétera. Actualmente se encuentra agotada v nos gustaría mucho poder reeditarla.
Como se puede apreciar, todo esto sucedió simultáneamente entre 2014 y 2018. En este último año, reeditamos nuestra revista N° 8, cuya 2da edición quitaba material publicitario y contenido que consideramos misógino, a lo que además sumamos dos nuevos textos: una editorial y un artículo de nuestra autoría titulado “¿Qué entendemos por autogestión?”, escrito por nuestros compañeros Patricio Bascuñán y Sebastián Lozano. Actualmente quedan las últimas copias disponibles y el último texto mencionado ha sido publicado en varias revistas anarquistas tanto impresas como digitales.
En la actualidad, estamos mayoritariamente abocados a la producción de libros, sin dejar de lado nuestras inquietudes organizativas, colectivas y territoriales. En los últimos años, además de la antología antes mencionada, hemos publicados los libros de poesía Aviario (2017), de Julieta Moreno, y el discurso del hablante lírico (2018), de Alonso Fernández. Actualmente nos encontramos trabajando en la 2da edición de Aviario y en una novela de Sergio Guerra, la cual abrirá nuestra colección de narrativa.